No soy libre

Ayer empezamos el curso sobre "Como hablar SIEMPRE con eficacia". Recalco lo de "SIEMPRE" porque así lo hizo el ponente. Nos insistió sobre el significado del título de este curso. Abarca todo el proceso de la palabra, en público, en privado, en radio y en televisión. 

Casi 200 personas llenábamos el auditorio del Centro de Convenciones ExpoMeloneras. Don Ángel Lafuente Zorrilla, ponente del curso, llegaba con retraso debido a un típico caos veraniego en el aeropuerto de Barajas, Madrid. Allí tuvo que dejar a su esposa, coger un vuelo hasta Fuerteventura y de allí, coger otro hasta Gran Canaria. Del aeropuerto, directamente al Centro de Convenciones de Maspalomas, su destino final, donde le esperaba un público expectante, con muchas ganas de escucharle y de aprender todo lo posible de una persona, con una amplia experiencia en este campo y que lleva más años de los que yo tengo de vida, impartiendo esta materia, por lo que sino aprovecho esta ocasión y me empapo de su conocimiento es que estoy loca.

Me encantó desde que entró por la puerta, su personalidad, su forma de expresarse, de dirigirse a nosotros, de hablar, de COMUNICARSE y por lo tanto de TRANSMITIR. ¿Y saben que pensé? ¡¡YO QUIERO ESO PARA MI!! así que, manos a la obra, porque lo que está claro es que todo hay que trabajarlo. Como bien dijo él: "Es que yo me lo he curradooooo, me lo he curradooooo".

Nos sentamos en primera fila, ¿quién me hubiera dicho a mí en otra época de mi vida que me atrevería a semejante locura?, pero allí estábamos, justo donde el señor Lafuente caminaba de un lado a otro, hablaba y gesticulaba. Lo miraba directamente a los ojos, con mucha atención y sin apartar la vista, me encantaba todo lo que estaba diciendo y de repente, se paró en frente de mi y me preguntó: "¿Como te llamas?", "Mónica" le contesté y entonces comenzó a explicar que si él quería transmitirme algo, lo mejor era utilizar el menor número de palabras posibles, así el canal sería más corto y el receptor, en este ejemplo era yo, lo entendería muchísimo mejor. En otra época de mi vida hubiera dicho: "Tierra trágame", hubiera mirado hacia otro lado, el estómago me hubiera dado un vuelco y no sé que más. Pero no, allí estaba yo, tranquila, feliz de que se hubiera fijado en mí y atenta a todo lo que decía, sin dejar de observarlo. 

Todavía me queda mucho trabajo por hacer pero estoy en el buen camino, eso lo tengo claro, muy claro. 

Nos preguntó si seríamos capaces de subir al atril, quedarnos de pie, frente a todo aquel público observándonos, sin meter las manos en los bolsillos, sin sentir ese "Tierra trágame", ese dolor de barriga, esas manos temblorosas, en resumen, sin ese miedo escénico tan habitual. Nos dijo que si la respuesta era que no, no éramos libres y eso es lo que nos iba a ayudar a conseguir. Así que amig@s, he llegado a la conclusión que voy por buen camino pero que todavía NO SOY LIBRE pero lo seré, en breve, lo seré y ustedes serán testigos de ese cambio

Gracias por estar ahí, de corazón

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Monica Frey Grimm

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