A
finales del año pasado (2010) me encontraba observando a un grupo de
aventuras que se anunciaba en el facebook. No los conocía pero
realizaban actividades que siempre me habían llamado la atención
pero nunca, o casi nunca había practicado. Las razones eran varias,
miedo, falta de compañía para hacerlo, timidez... no sé... muchas.
Demasiadas razones estúpidas que poco a poco he ido venciendo.
Entraba
en su página, miraba las fotos, los eventos, los comentarios, etc.
Me gustaba el buen rollo que transmitían pero a la misma vez, me
daba cosita dar el paso. No conocía a nadie y mi timidez hacía que,
el plantarme yo sola en alguno de sus eventos se me hacía un mundo.
Pasaba el tiempo y terminó el año.
Con
el año nuevo decidí apuntarme a algo, lo que fuera, la cuestión
era arrancar. Busqué una actividad, entre la gran variedad de ellas
que hacían, que resultara cómoda para mi. Me decidí por el
patinaje. Me dije: “Bueno, es una
actividad en la ciudad, puedo ir directamente y... en caso que no me
guste, irme cuando me apetezca... sin problemas”. Lo
pasé bastante bien la verdad, de hecho, repetí otros días. Solían
hablar del resto de las actividades. Me fui animando. Ya los conocía
y eran encantadores... un lujo de gente vaya.

Peeeeero, como me
encontraba a gusto con ellos volví. Al mismo rocódromo, no recuerdo
si fue a la semana siguiente. Ese día llegué y había muy poquita
gente, algo que para mi era genial. Recuerdo que llegué, los saludé
y le dije a Jesús algo así (no recuerdo bien las palabras): “Yo
no creo que a mí esto se me de pero bueno, aquí estamos”.
“Esa no es la actitud ¿eh?. Claro que
puedes” me contestó. Ese día fui más rápida para
decidirme a probar, sabía que si hacía lo de la última vez no
subiría... la mente juega malas pasadas y yo pienso mucho. Me costó
mucho pero conseguí subir... dos veces. He de decir que si no llega
a ser por los ánimos que me daban Jesús y Laura desde el suelo,
mientras me aseguraban y de Paco desde las alturas haciendo fotos, no
lo hubiera conseguido. Fue genial, un subidón increíble,
maravilloso. Tuve unas agujetas también maravillosas toda la semana
siguiente, pero las llevé con mucho orgullo.

Me
animé a ir de acampada, ni más ni menos que cuatro días y cuatro
noches. Tuve que pedirme dos días libres en el trabajo pero doy fe
que valió la pena... y mucho. Aprovechamos el martes de carnaval y
nos fuimos a unas cabañas. Bufff... que bien lo pasé. Fuimos hasta
de ruta 4x4... increíble.
¿Lo
mejor de todo? Es difícil de clasificar, son muchas cosas buenas
las que me ha aportado Pino Multiaventura.
Entre otras tengo que destacar:
- Aprender a confiar más en mí y en mis posibilidades.
- Aprender a confiar en los demás, en aquellas personas que me aseguran cuando estoy escalando o descendiendo barrancos.
- Conocer gente increíble.
- Hacer grandes amigos... pero AMIGOS en mayúsculas, personas con las que puedo contar y que sin dudarlo, pueden contar conmigo.
- Practicar deportes que nunca pensé que probaría y, sobre todo, que nunca pensé que pudiera lograr.
- Realizar todas las actividades con una seriedad y seguridad indiscutibles.
Y
así podría estar toda la noche. La cantidad de cosas buenas que me
ha aportado este grupo es infinita. El contacto con la naturaleza,
disfrutar de ella y encima, buena compañía no tiene precio.
Como
digo en mi blog:
Soy
una persona apasionada de la vida,
me encanta el contacto con la naturaleza y disfruto realizando
actividades en ella siempre que puedo. Esto me permite superarme día
a día, afrontando retos que me parecían imposibles.
Las
enseñanzas que me aporta la naturaleza me ayudan en otros aspectos
de mi vida.
Tengo
que admitir que gran parte de que me sienta así es de Pino
Multiaventura y de todas aquellas personas que lo componen (y algunas
que ya no están pero que también me aportaron cosas buenas). Sólo
me queda dar las gracias a todos aquellos que me dieron su apoyo
cuando más lo necesitaba y a los que me lo siguen dando hoy por hoy.
Entre todos ellos, tengo que destacar a: Jesús, Judith, Patri,
Patricia, Miguel Ángel, Paco, Laura, Bernabé, Jorge, Domingo,
Ángel, Marcos, Juanjo, David, Bárbara, Regina, Esther.... y
muchísimos más.
Para
terminar, quiero... necesito, hacer una mención especial a Jesús.
Gracias por montar Pino Mulitaventura, gracias por ser como eres, por
poner al alcance de todo el que quiera tener contacto con este mundo
pueda hacerlo sin ningún problema, por la seguridad y la confianza
que desprendes, por darnos la oportunidad de conocernos... Espero que
nunca cambies y que te mantengas fiel a tus ideales. Te apoyaremos
siempre... lo sabes.
En
resumen Jesús: GRACIAS DE TODO CORAZÓN
Como resumen gráfico de todas las actividades que hacemos aquí, les dejo este vídeo.
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Monica Frey Grimm
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