Este
fin de semana tuve el tercer módulo del Practitioner de PNL
que estoy haciendo con Creasistema. Este módulo en particular
me ha encantado. En el momento que comentaron el tema del módulo -
“Estados de Ánimo” - me gustó la idea. Es un tema que
siempre he querido controlar en mi, al menos todo lo que esté dentro
de mis posibilidades. Entre los ejercicios que nos recomendaron para
este mes, figuraba uno en el que tendríamos que apuntar momentos en
los que tuviéramos cambios de humor o, experimentáramos sensaciones
diferentes. El fin es conocer las razones que producen estos cambios.
Hoy
me pasó algo que cambió mi estado de ánimo y quería compartirlo
con ustedes. Les cuento:
Llegué
al trabajo tranquila, relajada, sonriente. Todavía no había nadie
en la ofi y me puse a preparar dos infusiones y la cafetera para los
compañeros (y para mi también ¿eh?).

De
nuevo volvió a mi mente el sentimiento que no me abandona (como
Rexona) hace al menos una o dos semanas. Me siento gafe, como si
alguien me hubiera echado un mal de ojo mirándome fijamente y
refunfuñando: “a|#~¨Ç¨*;<<joei@#@@}{]!”
que vendría significando más o menos: “te vas a cagar pequeña
jejeje” (disculpen por el lenguaje de la vocecita interior).
Lucho contra ese sentimiento. En cada momento “gafe” logro que el
enfado dure menos. Mi intención es llegar a que no me condicione,
simplemente aceptarlo y llevarlo lo mejor posible.

Mañana
volveré a poner la cafetera aunque las ganas son realmente pocas. Me
da miedo que vuelva a saltar por los aires. No quiero que se
convierta en un ancla y, que cada vez que vaya a preparar una
cafetera me asuste, así que naada, no pasa naaada, correré el
riesgo.
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Monica Frey Grimm
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